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Jueves, 25 de octubre del 2018

El bisturí de FF. Episodio 2

Tras el éxito cosechado en el primer episodio del Bisturí de FF y comprobar que nos han caido pocos palos y algún elogio, nos ponemos manos a la obra siete días después para analizar los otros diez equipos del campeonato liguero desde el mismo punto de vista, dejando de lado todos los complejos y tabús, con el objetivo de amenizar un poco más la tarde del jueves.

HUESCA
Habría que buscar muy bien quien fue el iluso que pensaba que con Leo Franco iba a funcionar un equipo recién ascendido. Podrá sonar ventajista, pero podéis tirar de hemeroteca y leer comentarios para recordar la opinión publica allá por el mes de julio a pesar de que, tras las dos primeras jornadas, todo apuntaba a que muchos nos tragaríamos nuestras palabras. Falsa alarma.

Cuando un equipo sube de Segunda, cambia su entrenador, su estilo de juego y modifica el 50% del sistema defensivo, rara es la vez que consigue buenos resultados. Y si algo se ha demostrado en la Liga es que manteniendo el bloque defensivo del ascenso ya se tiene mucho ganado. Sino, que se lo pregunten al Girona de la 17/18 o al Valladolid de la 18/19.

El Huesca optó por traer a Leo Franco, un entrenador sin experiencia y con discutidas capacidades de mando. La linea defensiva, la base desde donde debe construirse un equipo sólido, fue reforzada sacando del pozo de Lezama a Etxeita, quitándole las esposas a Semedo y reclutando a Petyr Baelish del recién descendido Deportivo de la Coruña. Todo se estaba cociendo desde el mes de julio para que el segundo equipo de Petón fuera colista, con cinco puntos, en la jornada 9.

Leo Franco duró demasiadas jornadas, ocho en total, y será recordado como aquel entrenador que vaciló al mundo fantasy sentando a Cucho y Gallar en la jornada 4 y le quitó el balón parado a Melero. Leo, siempre en nuestros corazones.

 

LEGANÉS
Tras dos temporadas de risas pepineras, buenos rollos y carteles vacilando al rival, al Leganés parece que se le han terminado las ganas de hacer cachondeo. Basta con pasarse con su página web y su cuenta de Twitter oficial para ver que la situación ya no está para hacer bromas a diario y el run run viene y va según le sople el viento al equipo.

La llegada de Pellegrino trajo consigo un ambiente de incertidumbre en el futuro del equipo en Primera y pocas cosas se mantienen de aquel Leganés de Garitano. De hecho, lo poco que prevalece de las dos temporadas anteriores es la ridiculez de nunca publicar partes médicos ni convocatorias, como si ide eso dependiera la permanencia.

Una plantilla de 29 efectivos no es fácil de gestionar y siempre incita al técnico a dar bandazos a diestro y siniestro para tratar de tener al grupo motivado. Jugadores como Eraso parece que se les ha tragado la tierra, mientras que otros como Rolan, Michael Santos, En-Nesyri, Raul García, Tarín, Vesga y Sabin aparecen y desaparecen de convocatorias y alineaciones de forma aparentemente aleatoria.

Lo que sí nos ha quedado claro tras nueve jornadas de Liga es que Cuéllar es el titular y Lunin no va a jugar por el simple hecho de ser del Real Madrid, algo que a la prensa madridista de Butarque le ha costado tres meses de digerir.

 

LEVANTE
El Levante tiene suerte que tiene en los banquillos a uno de los entrenadores con más sentido común de Primera. Y es que Paco López ha sabido, desde que se sentó en el banquillo granota en el tramo final de la pasada campaña, adelantarse a los acontecimientos para resolver situaciones adversas de una forma muy solvente.

A lo primero que tuvo que enfrentarse Paco es a la salida de Lerma. La directiva ayudó poco gastándose todos los ahorros de la última década con el casi inédito Vukcevic, quien por sus acciones parece que le paga la selección de Montenegro en vez del club granota.

La segunda situación que tuvo que resolver el técnico de Silla esta temporaada fue la mala racha de resultados en la que se sumergió el equipo hasta la jornada 6. Entonces, a Paco se le apareció la virgen granota en tanga, le dio la inspiración perfecta para sacar al equipo del pozo y convertirlo en una máquina capaz de ridiculizar a Lopetegui. Una iluminación basada en las legendarias escrituras de Bielsa, Pep, Conte, Eusebio y Machín. Un sistema con tres centrales que dejaría a Alavés, Getafe y Real Madrid en evidencia y que revertiría por completo la situación del equipo con tres victorias consecutivas.

 

RAYO
Puede que Míchel haga todo lo que puede con el equipo que tiene, pero no es suficiente para mantenerlo alejado de los puestos de descenso. Y no será por falta de calidad. Pues gente como Advíncula, Amat, Álex Moreno, Imbula, Trejo, Embarba o Raúl de Tomás son jugadores que ya quisieran tener equipos que están ahora mismo por encima del Rayo en la clasificación, incluso algunos que están ahora mismo en puestos europeos.

El Rayo cae bien, es campechano y criticarlo deportivamente parece que va encontra de los derechos humanos. Pero hablemos claro, defender a Míchel significa defender las cinco jornadas consecutivas en las que Embarba ha sido suplente. Defender las seis jornadas en las que Abdoulaye Ba ha jugado en primera división. Defender que Dimitrievski no haya tenido ni si quiera una oportunidad bajo palos o que Imbula no sea indiscutible. Míchel ha hecho muchas cosas buenas en Segunda y ha sabido devolver al Rayo a Primera, pero está por ver si la nueva categoría no le viene grande.

 

REAL MADRID
Lo que parecía ser una puñalada a España ha acabado siendo un favor en toda regla. Y es que todos los que criticaban a Florentino y al Real Madrid por haber fichado al técnico de la Selección Española a pocos días del arranque del Mundial, puede que tengan que darle gracias después de ver de qué es capaz Lopetegui cuando no se enfrenta a equipos como Macedonia o San Marino.

La marcha de Cristiano y la planificación deportiva apuntan a don Florentino Pérez, un presidente que ha dejado atrás la imagen del Dios millonario para bajar a lo terrenal y querer consturir su nuevo juguete marca España rodeando el campo de Las Rozas.

En poco más de dos meses, el Real Madrid de Lopetegui ha visto como el eterno rival de la ciudad le ha arrebatado la Supercopa de Europa, el Sevilla de Machín le ha maltratado, los rusos le han pintado la cara, ha sido avergonzado en el descuento en Mendizorroza y humillado por el Levante en el Bernabéu. Todo ello con la inoperancia de un delantero francés en permanente siesta, la intermitente presencia de un expreso de gales estropeado y la insistencia de un capitán confuso que se cree que sube como Beckembauer y que chuta las faltas como Koeman, cuando debería centrarse en defender como el mejor Ramos.

El Real Madrid no puede agarrarse a la mala suerte, criticando al VAR, al árbitro o a las lesiones, ni si quiera puede creer que por ganarle al Viktoria Plzen está todo arreglado. Para eso está un sector de la prensa de Madrid, los únicos que defienden a Lopetegui y los que pensaban que Bale y Benzema iban a hacer olvidar los goles de Ronaldo (ja). El Real Madrid necesita un entrenador con capacidad de mando, conocimientos tácticos o, en su defecto, la flor el aura de un mito como Zidane. Necesita un presidente que se acuerde de que media Europa está gastando millones para reforzarse y se de cuenta de que los Valverdes y Llorentes de la Fábrica solo espabilan cuando se venden y se repescan por 10 millones.

 

REAL SOCIEDAD
Tras la legendaria etapa de Eusebio al mando de la Real Sociedad, Garitano tomó el mando de un equipo que todavía tiene que arrastrar con el peso de Aperribay, en el sentido figurado de la palabra. Los txuri urdin tienen suerte de que gozan de una cantera envidiable, capaz de tapar la inoperancia de sus dirigentes a la hora confeccionar la plantilla y gestionar las altas y bajas.

Con su exagerada humildad y su adormecedor poder hipnótico ante la prensa, Garitano supo adaptarse a una plantilla que, con la lesión de Januzaj, se quedaba sin extremos puros durante varias jornadas. Intentó adaptarse a las necesidades del equipo, mandando de forma chapucera a jugadores como Pardo, Merino o Zurutuza a ocupar una de las bandas. Por contra, sí supo darle la confianza necesaria a jugadores como Sangalli, Bautista o Zubeldia, convirtiendo a este últmo en una de las piezas clave del equipo.

A pesar de las manos de Rulli y de las innumerables lesiones que ha sufrido el cuadro txuri urdin esta temporada, el equipo sale adelante y ha logrado salir victorioso en el primer match ball de la temporada, derrotando a Íñigo Martínez con la camiseta del eterno rival.

 

SEVILLA
Los verdiblancos ya se frotaban las manos en la jornada 4 cuando el Sevilla encajó la segunda derrota consecutiva del campeonato, ante el Getafe, ofreciendo un juego pobre y sin ideas. Machín y Caparrós eran las dianas perfectas de los 'haters' y ventajistas a esas alturas del campeonato, pero un cambio de chip en el equipo pudo solventar los problemas de una forma rápida y tajante.

Sin variar el sistema, Machín entendió varias cosas que significarían el cambio de rumbo. Entendió que la fase de grupos de la Europa League se podía superar con los suplentes y que era en la Liga donde había que poner el once de gala, por lo que dejó de tocarnos los huevos la moral rotando en la competición doméstica. Entendió también Machín que Roque Mesa entorpecía a Banega y su juego solo aportaba pases horizontales, entendió que Gnagnon está más verde que Piccolo y que no podía ser titular en un eqiupo de Primera y, por fin, vio que Nolito se pasa los 60 minutos que le aguanta el físico mirando al suelo. Con esas cuatro cosas aprendidas, el Sevilla retomó el vuelo.

A partir de ahi, cuatro victorias consecutivas en el campeonato liguero le situan en posiciones Champions a dos puntos del lider y con las sensaciones renovadas de un bloque sólido y un once de gala reconocible. Pero qué bien juega el Betis.
 

VALENCIA
Estimado señor Marcelino García Toral. Esta temporada, como valencianistas, nos hemos portado muy bien y, pese al triste juego con la que nos ha obsequiado nuestro Valencia durante los nueve primeros partidos de Liga y tres de Champions, todavía no hemos pedido su dimisión. Ni si quiera se nos ha pasado por la cabeza silbarle en el estadio. Algo que, como habrá podido comprobar, solemos hacer cuando las cosas no van bien.

Permíteme decirle que, por mi parte y por la de todos los aficionados del Valencia, usted tiene todo el crédito del mundo esta temporada, ya que gracias al trabajo de la temporada pasada este año hemos podido disfrutar del himno de Champions, aunque es cierto que nos gustaría disfrutar también de algun partido.

Por todo ello y puesto a que damos por seguro que se va a comer los turrones en frente del Micalet, me gustaría pedirle algunas cosas para Navidades:

Me gustaría llegar a diciembre viendo un partido del Valencia sin aburrirme, con un juego menos previsible y apático que el que nos ha ofrecido hasta ahora. También me gustaría que el equipo no se tire a la Bartola cuando marca un gol, pues el sistema defensivo del que gozamos no está capacitado para aguantar ni si quiera las acometidas de Leganés o Young Boys. También sería aconsejable ver a Parejo alguna vez en el banquillo, en temporadas anteriores le ha ido muy bien, y también agradecería que dejes de endiosar a Rodrigo en ruedas de prensa, pues parece que esto le hace más daño que beneficio. Por último, me gustaría que en enero mandes a Gameiro lejos, muy lejos, pues ya está preparado para seguir los pasos de Negredo. Y por favor, deja a la directiva que sean ellos los que elijan los delanteros, con Vietto y Gameiro hemos tenido suficiente.

Gracias.

 

VALLADOLID
Poco hay que echarle en cara al Valladolid y a Sergio. Un club y entrenador que, con los mínimos recursos y apostando por el bloque del ascenso, se sitúa en posiciones envidiables de la tabla.

La contundencia defensiva es uno de sus puntos fuertes. Al tratarse de un equipo con poca puntería de cara a puerta, han sabido jugar sus bazas en defensa y aprovechar las pocas oportunidades de gol que su fútbol genera. Una defensa formada por los mismos cinco hombres que defendieron los colores blanquivioletas de la temproada pasada en Segunda, los Masip, Moyano, Olivas, Calero y Nacho (ese lateral al que Jémez le hacía bullying en el Rayo), forman parte ya de la historia reciente de la Liga.

En la medular, Sergio tuvo que dar varios bandazos antes de encontrar el doble pivote ideal. Tras pasar de alternar a Alcaraz con varias titularidades de Anuar y Borja, incluso con trivote en algunas cosasiones, no fue hasta la jornada cinco cuando pudimos ver por primera vez la pareja perfecta de mediocentros: Míchel y Alcaraz.

En lo negativo poco hay que rescatar. Nos dijeron que Jony y Keko habían forjado una buena amistad en Málaga, por lo que ya sabemos quien era la mala influencia de esa amistad.

 

VILLARREAL
Demasiada paciencia está demostrando tener el Villarreal con Calleja en este arranque de temporada. Un equipo que, jugador por jugador, ha demostrado poder dar más de lo que está ofreciendo. No obstante, la excusa de las lesiones y el hecho de que se trata de un técnico de la casa hace que su credito haya aumentado considerablemente. De ser otro como Escribá, ya estaría en la calle.

Calleja peca de no tener ideas fijas y de ir probando y tocando cosas hasta dar con la tecla. Si fuera científico, ya le habría explotado el laboratorio tres veces. Se pasó todo el verano convenciendo a la directiva de que su juego no necesitaba extremos, que el rombo era el futuro del submarino, que había que fichar 10 mediocentros y vender a todos los jugadores de banda. Que los carrileros como Pedraza, Mario y Costa se iban a salir del estadio con el rombo. Que el rombo era la bomba.

Bien. El súper rombo duró tres jornadas. Dos derrotas y un empate. Entonces, el técnico en lugar de esconderse pasó a un 4-4-2 con bandas, logrando la primera victoria en Butarque e iniciando el plan B de un equipo que viviría un par de semanas bajo la tregua de los buenos resultados.

Pero evidentemente, la plantilla no estaba hecha para jugar por bandas y la preparación de todo el verano se fue por la borda. En la jornada 7 el equipo perdió en casa contra el Valladolid dando muy mala imagen y desde entonces no ha vuelto a conocer la victoria.

Como era de esperar, en la jornada 9 llegó el plan B del plan B, o lo que viene a ser el plan C. Un 4-2-3-1 con bandas pero con un solo delantero con el que se rascó un punto ante el Atlético. De momento, seguirá hasta que a Calleja le vuelva a explotar la matraz en las manos.