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Martes, 13 de marzo del 2018

Correa y Vitolo, contra la amenaza del cuatrivote

La remodelación que sufrió el Atleti el pasado mercado de invierno ha traído como consecuencia una variante táctica habitual, y prácticamente única, en los planes de Simeone.

Con una clarísima y perpetua defensa lineal compuesta por cuatro hombres, dos laterales largos y sendos centrales en zona, el único puesto por dirimir se sitúa entre el centro del campo o la delantera. Jugar con cuarteto en la medular (Saúl, Gabi, Koke y Thomas) y pareja atacante o tres centrocampistas y un extremo atacante para fusionarse con los delanteros, ahí se deshoja la margarita. El buen papel de Correa y la irrupción goleadora de Vitolo el pasado domingo se convierten, en el futuro inminente, en dos alternativas contra la amenaza del cuatrivote.

Las características del partido a afrontar, el tipo de competición, la entidad del rival y la condición de local o visitante son los puntos a los que se agarra el entrenador para reforzar la zona de elaboración o la de definición.

Obviamente, con el 'cuatrivote' se defiende mejor; por lógica, el equipo se fortalece desde del eje y repliega con homogeneidad, aunque todos trabajan por igual la presión siempre hay un tándem más posicional resguardando a otro dúo que trata de enganchar con los puntas. Encargados de destruir complementados con responsables de crear, si funciona se produce la deseada sincronía; en caso de desconexión, como en la algunos momentos ha ocurrido, salta el cortocircuito.

Este ha sido el sistema utilizado en el Camp Nou y en el Sánchez Pijzuán, por citar algunos ejemplos, de partidos en el que el técnico ha preferido reforzar la medular con cuatro mediocentros puros.

La otra opción, la empleada por ejemplo contra el Lokomotiv en la ida de octavos de Europa League o ante el Celta este pasado fin de semana. Usar un tridente camuflado dentro del 4-4-2 para la faceta atacante con la presencia de Correa o Vitolo en una de las bandas (Vitolo izquierda, Correa derecha). Así, normalmente, goza de mayor presencia en el área rival y disfruta de mayores alternativas en el remate; empuja al oponente desde que comienza la acción, robando balones en zonas de castigo y forzando al contrincante a lanzar en largo para matar noquear su potencial ofensivo. En la sala de máquinas, un pivote -un 5 a la argentina- que libera a los otros dos medios para que puedan ejercer de válidos interlocutores con los goleadores.

Un sistema conservador ante otro más agresivo, 4-4-2 sin extremos o 4-3-3 camuflado, sin embargo el que aparentemente acarrea más riesgos por su vocación aporta, al mirar los números, mejor rendimiento. Las únicas derrotas ligueras, ambas en Barcelona y por la mínima (1-0 ante Barça y Espanyol), llegaron cuando el cuadro rojiblanco compareció con póker de mediocentros.

Al Atlètico se le exige compatibilizar sus notables resultados en la Liga con la instauración de un modelo más vistoso, para el cual resulta imprescindible la presencia de hombres decisivos en vanguardia. Se le pide iniciativa, protagonismo, jerarquía,… El proceso, progresivamente, ha empezado. Como paradigma, con el Celta, la apuesta de Víctor Machín para asignar profundidad al centro del campo. La cuestión, conservar el equilibrio y las pulsaciones tácticas del método alcanzando otras fuentes de desborde.

Las salidas de Gaitán y Carrasco, con demarcaciones nominativamente indefinidas pero centrocampistas ofensivos por decreto, mermaron cuantitativamente la parte del terreno donde se cocina el fútbol. Y la marcha de Augusto hizo que desapareciera el suplente sin excepción para desempeñarse como líbero o recuperador equilibrando la retaguardia en sus ajustes.

THOMAS O GABI, CORREA O VITOLO
Saúl Ñíguez y Koke Resurrección se han erigido como los dos únicos indiscutibles del once madrileño en la franja céntrica. Por delante, Griezmann y Costa lucen los galones de estrellas insustituibles. Las plazas disponibles quedan asignadas de modo automático para Thomas o Gabi, cuando Simeone no opta por el cuatrivote y por ambos cuando lo utiliza. Por ejemplo, pudimos ver descansar a Thomas ante el Celta, mientras que ante el Lokomotiv vimos a Gabi en el banco. En cuanto al extremo, ante los vigueses fue Vitolo el elegido, mientras que Correa saltó de inicio ante los rusos.

Influye el dibujo empleado e inciden, igualmente, los jugadores utilizados. La fuerza del ghanés, a veces transformada en desorden cuando más necesaria se hace la pausa, o la experiencia, templanza y criterio organizador del capitán, curtido en mil batallas.

Mientras se perfila el compañero ideal de Godín atrás (Lucas, reaparecido tras el contratiempo sufrido el pasado 18 de febrero, se vuelve a postular con ventaja sobre el bravo Gimènez y el convaleciente Savic) y Juanfran pide con su entrega una oportunidades en la banda derecha, el dilema entre 'trivote' o 'cuatrivote’ surge como principal variante del método pese a la merma numérica que padece Diego Pablo Simeone: únicamente tiene diecisiete futbolistas -sin contar a Oblak ni al flamante debutante con la portería inmaculada Werner- profesionales para encarar el tramo definitivo de la campaña.

Pepe Muñoz