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Jueves, 15 de febrero del 2018

El Atleti busca en Europa una nueva motivación

La clasificación del Atlético de Madrid para los dieciseisavos de la Liga Europa se interpretó como un castigo, en primer término, producto de la eliminación en la madre de todas las competiciones: la Champions.

Tras la eliminación copera, se transformó en una oportunidad fiable y esperanzadora -favorito en las apuestas a pesar de la presencia de Arsenal, Dortmund, Nápoles, Lyon, Milán o Lazio como rivales- para levantar un título que ahora suena a mal menor pero que hace ocho años fue celebrado con júbilo y entusiasmo en una entidad que acumulaba casi tres lustros sin festejar conquista alguna.

Parece lejana aquella época, el gris periodo que sucedió al negro periplo por Segunda. Entonces, alcanzar una plaza en la UEFA a través de sucesivas repescas y fases previas (a veces, ni por el conducto de la Intertoto) contentaba las expectativas de un club que coleccionaba un repertorio de cromos tan dispares como Kun Agüero y Ríchard Núñez o Diego Forlán y Sinama Pongolle. Los tiempos de Perea, Eller, Seitaridis y toda aquella singular pléyade que desquició al Calderón.

Sin embargo, tras tantas campañas entre la elite europea rozando la consecución de la 'orejona', ahora la Europa League se erige en aliciente insuficiente para disparar la pasión y el interés que genera la primera competencia internacional.

El Atleti, con mejor o peor cara, se ve obligado a afrontar su realidad inmediata en un torneo que también le puede aportar un sensible nivel de ingresos -750.000 euros por pasar a octavos, un millón por llegar a cuartos, 1.600.000 para los semifinalistas, 3.500.000 se llevará el finalista y 6.500.000 el campeón- sólo en concepto de rendimiento que si se compara con las recompensas de la Copa de Europa son migajas. 

El espíritu ganador, la obligación que provoca el prestigio y el escaparate internacional se erigen en otros de los motivos que incrementan la utilidad de la Europa League. Un sugestivo entretenimiento para las, en términos futbolísticos, extrañas tardes de los jueves en la previa antesala de la inmediata jornada liguera.

Si elimina al Copenhague de Viktor Fischer y Federico Santander, el conjunto rojiblanco disputará tres partidos europeos en febrero. Otros tantos en marzo, hasta cuatro en abril y un par en mayo si logra el pasaporte a la final de Francia. En 72 horas escasas, la escuadra madrileña compaginará sus ocupaciones domésticas y ordinarias en España con su actividad intersemanal. Conforme avancen las fechas, la agenda de encuentros sufrirá mayor saturación.

Y ahí encuentra un nuevo atractivo la restaurada andadura colchonera por el Viejo Continente, una alternativa de participación para más futbolistas como resultado de la rotaciones que se realizarán de cara a dosificar elementos con un Mundial de trasfondo.

El once tipo de Simeone, con las particularidades que mostraban las alineaciones en los distintos frentes que mantenía hasta enero el bando del Metropolitano, tiene esta campaña -con permiso de Costa y Vitolo- una columna vertebral definida: Oblak; Savic, Godín, Lucas o Filipe; Gabi, Koke, Saúl y Griezmann y a ellos se le unirá Diego Costa tras su inscripción el 1 de enero.. Numéricamente ThomasCorrea, Juanfran y Gimènez resultan ser las piezas que con mayor recurrencia han irrumpido en las formaciones completando el dibujo del argentino, mientras que Vitolo busca ser ese jugador número doce.

La segunda fila o los menos empleados (Gameiro, por ejemplo, o el propio Yannick si se decide a iniciar el camino de la redención) tendrán oportunidades. Y sin duda surge una alternativa igualmente para los fichajes de enero, uno enfrascado en las molestias musculares que han frenado su aportación y otro atascado en pleno proceso de adaptación.

La resistencia, física y mental, que muestren los hombres dirigidos por el Cholo así como su contribución a los éxitos colectivos marcará el reparto de comparecencias en lo que queda de ejercicio. A simple vista, tanto en el banquillo de suplentes con un fondo de armario potable y sobre el campo con nombres de enjundia, hay garantías para obtener metas ilusionantes en 2018.

Pepe Muñoz