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Martes, 30 de enero del 2018

Vitolo se cocina a fuego lento

Apenas cuatro semanas en la disciplina rojiblanca se antoja tiempo demasiado escaso para evaluar lo acertado o desatinado de la adquisición de Víctor Machín 'Vitolo', el trance de aclimatación que protagoniza posee cierta lógica constatada por la realidad. 

Ni el seis por ciento de los minutos ligueros ha jugado Vitolo con el Atleti en 2018, titular -y goleador- en la Copa para el intrascendente partido de vuelta de octavos y en la amarga ida de los cuartos de final contra el Sevilla -sustituido en el descanso-. En el Sánchez-Pizjuán, ni rastro de él, su técnico apreció innecesario el desgaste de exponerle al ambiente más hostil posible.

Aportación insuficiente, de momento, la de un de futbolista por el que el equipo madrileño pagó más de lo que valía. Contrastado, internacional, vivió una particular puesta a punto como atlético en su tierra natal. Allí, entre lesiones y otras circunstancias, se perdió siete encuentros de Liga y en los nueve en que participó saldó su cuestionable aportación al conjunto canario con un gol estéril para maquillar una goleada en Vigo. Ninguna asistencia, visita accidentada a Heliópolis y simbólica convocatoria con la Selección (salió como media hora en el amistoso ante Rusia). Fugaz cesión en las playas que le forjaron donde, retornado como estrella, debía pujar con su prestigio para evitar el naufragio amarillo.

La original pretemporada del extremo careció de calidad, su papel de prestado en el Insular tuvo más de mediático que de pragmático mirando sus números entre agosto y diciembre. Inapreciable tensión competitiva antes de aterrizar en la capital de España, donde se enroló en un club inmerso en tres competiciones y con la exigencia de pelar todas. Encima, una dolencia a última hora aceleró su despedida de la isla.

Conserva su calidad innata, conduce el balón con criterio, traza con frecuencia la verticalidad, busca la asociación,... Pero le falta la agresividad en los metros finales necesaria en el conjunto rojiblanco y que él mismo ha demostrado a lo largo de su carrera y, sobre todo, velocidad. El factor que le convierte en desequilibrante, la rapidez en carrera, lo que da magia a su pericia con la pelota. Desde la campaña pasada no se ve a ese futbolista activo, eléctrico y ambicioso que ganó tres copas de la UEFA.

A corto plazo, se enfrenta al reto de disponer de más oportunidades en el césped superando la competencia interna de la tercera plantilla más cara de España. Presuntamente, su sitio estaba en la derecha; desplazando a Yannick hacia la izquierda. Sin embargo, Simeone está posponiendo la irrupción del ex sevillista como indiscutible. Exige ritmo, intensidad, dinamismo y un fuelle propio de los atletas. Actualmente, el jugador canario adolece de los puntos fuertes que demanda el argentino.

En un estado óptimo, Víctor Machín tiene hueco en la escuadra colchonera. El Cholo necesita desborde, improvisación, pegada, agresividad. Y el internacional goza de las características adecuadas para acomodarse en el once tipo del bonaerense, aunque su proceso de adaptación se alarga más que el de Costa. El brasileño se comporta como quien vuelve a su hogar, con la emocionada y ferviente alegría del reencuentro, mientras que el exterior diestro llega nuevo y aún no ha conectado con su flamante casa. Uno dispone del cariño, admiración y respeto de la parroquia; al otro se le guarda consideración por su pasado reciente, quizá el apego brote cuando eclosione su figura.

El trance de la purga inicial lo pasaron incluso Griezmann o Carrasco, otros -Gaitán, Vietto,...- no superaron la prueba. Formar parte del Atlético de Madrid requiere calidad sin perjuicio de otros factores indispensables para consolidarse dentro de la institución, la predisposición a trabajar en grupo y una plena forma física. Al margen de soportar la presión y convertirla en estímulo, para luchar al nivel que ha alcanzado el Atlético en el último lustro se necesita individualmente solidaridad y responsabilidad. El colectivo como máxima, norma supina del cholismo.

El domingo viene el Valencia, ya seis puntos por debajo, y Correa sigue siendo el favorito para comparecer desde el principio. Su habilidad para el sacrificio y la mimetización en el engranaje de su recién estrenado emplazamiento determinará que 'Vito' empiece a ganar peso en su reto en tierras madrileñas, donde se topa con la presión de representar a un grande. Alcanzada la madurez futbolística, con 28 años, se enfrentará asimismo a la alternativa de dar el salto definitivo de calidad en su historial.


Pepe Muñoz