Jueves, 14 de diciembre del 2017

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La evolución del 'cholismo', a debate

Hace unos años definió Mendilíbar al Atleti, tras perder en el Calderón, como un grande que se desenvolvía igual que un pequeño. Días antes, el día que aterrizó en España para liderar al Atlético, Simeone dijo que el objetivo era incomodar a los poderosos. Una tesis revolucionaria llevada a cabo por medio de un sistema conservador, donde la faceta defensiva tiene prioridad y el orden táctico se impone a la anarquía de las estrellas; el colectivo, primera norma, se antepone a cualquier atisbo de egoísmo encubierto de individualismo. Desde tan humilde premisa se edificó el proyecto, atizado por el “partido a partido”, desde el Manzanares renació la institución para recuperar su sitio como tercer club del país.

Una minoría reivindica ahora una evolución en el juego, enlazada con la mentalidad, al margen de los resultados. La corriente crítica quiere un equipo que traduzca su orgullo en ambición, que juegue alegre, al ataque sin complejos en detrimento de lo que la poesía balompédica califica de 'catenaccio' (cerrojo, italianismo acuñado desde Italia y patentado por un austriaco en Francia que se empezó a adoptar en el Calcio desde hace medio siglo). Fallan en la reclamación, lícita aunque a la par incompatible con los resultados que exige seguir el ritmo de Madrid y Barcelona, pero aciertan en el diagnóstico. El estilo del conjunto rojiblanco fue, desde 2011 hasta 2014, un híbrido italo-argentino; con la obsesión defensiva propia de los primeros y la animosidad agresiva habitual de los segundos. Con el paso del tiempo, el influjo itálico ha ido desplazando al sesgo suramericano.

Amparado en los inconvenientes del presente -imposibilidad de fichajes y aportaciones insuficientes de los delanteros-, el Cholo ha defendido el resultadismo como filosofía de supervivencia en el podio de la clasificación hasta enero. Será entonces cuando Costa y Vitolo otorguen mayor pegada y profundidad. No se atisba por tanto que vayan a participar en la elaboración, si bien mejorarán las prestaciones ofensivas. 

“El juego me parece bien y los resultados, mejor”. Con la cabeza alta, feliz por sumar puntos a base de trabajo y sufrimiento, se expresó el bonaerense después de ganar el domingo en campo ajeno con un par de disparos entre los palos y un escandaloso 23 por ciento de posesión. Encuentro con similitudes a los de Bilbao, Vigo y La Coruña; concluidos con el máximo botín merced al sudor y la pericia sobre el alambre. Regalar el balón y el campo cuando sea preciso renunciando al dominio territorial incluso como local, confiándose a la contundencia en las áreas.

En Sevilla, una primaria y básica acción plena de sencillez en su ejecución -pase forzado o despeje encubierto de Godín en la posición de cierre, control de Vrsaljko con el pecho y centro raso de primeras con veneno desde la demarcación de extremo a la frontal del área chica en busca de un toque mágico no exento de esfuerzo en la  llegada de Saúl- y un sobrio despliegue de contención le hicieron volver a la capital con otra sonrisa. Luces de la Liga, y sombras en Europa como balance de la fórmula 'cholista' 17/18.

La lógica invitaría a pensar que el cuadro colchonero goza de futbolistas para dar un paso adelante en sus partidos y convertirse en protagonista, que se pueden compatibilizar actuaciones vistosas con guarismos de aspirante al título. Sin embargo, los hombres presuntamente necesarios para alcanzar el salto cuantitativo -Griezmann y Yannick, por ejemplo- al menos y de momento esta temporada se encuentran lejos del nivel exhibido unos meses atrás. 

Los efectos negativos del proceder atlètico se extienden al subjetivo espectáculo demandado por el inconformista sector que pide mejoras en la calidad del servicio y a la eliminación en la Champions League, quedando obligados a cumplir penitencia en la UEFA (Europa League ahora, marca B o blanca de la primera competición continental).

Los aspectos positivos los muestran los números, un año sin caer como visitante en el torneo liguero, sólo siete goles recibidos en esta edición y mantenimiento de las señas de identidad que conceden personalidad a un grupo potente desde la perspectiva emocional. Que se ha acostumbrado a navegar con la misma exigencia que sufren otros colosos que multiplican su presupuesto.

Unos miran los porcentajes de tenencia de la pelota y otros, los kilómetros recorridos en cada partido por los rojiblancos; ahí reside una de las claves para contrarrestar el déficit a la hora de la proactividad al poseer el cuero.

Otra lista de mecanismos, disciplina y equilibrio entre otros, conforman el manual práctico del 'cholismo'. Criticado y aplaudido por dos movimientos de ideología balompédica contrapuesta, como le pasó a sus compatriotas Bilardo y Valdano, sus formas se erigen ya en tendencia entre quienes ven más belleza en una zaga segura y un contragolpe eficaz que en el comercial 'tiki-taka' sólo apto para virtuosos tan ansiosos de excelencia como exentos de realismo.

Pepe Muñoz