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Viernes, 01 de diciembre del 2017
Un rayo de esperanza
Fin a la era Ayestaran. La UD Las Palmas volverá a empezar de cero esta jornada con nuevo técnico, con nuevas sensaciones y quien sabe, con otro rumbo.
Pero si algo positivo hay que sacar del fracaso deportivo del anterior técnico dirigiendo a la UD son los destellos que dejó el equipo en Anoeta. Tanto los que renunciaron a la siesta el domingo pasado, debido a la hora, como los que intentaron echarse un sueñecito durante el partido esperando ver lo de siempre, observaron con estupor cómo el nivel competitivo de esta Unión Deportiva Las Palmas aumentó considerablemente. Así, sin más. Después de ocho derrotas consecutivas en las que no se jugó a nada, de repente, el equipo salió a correr, a intentar jugar y a morder. Adiós a la siesta.
Para más inri, los canarios se encontraron con una Real Sociedad algo espesa, con falta de frescura y sin tanto acierto de cara al gol, probablemente debido al partido de la Europa League que jugaron en Noruega tres días antes, pero tampoco pudieron aprovecharlo. Una lástima.
Fue un partido bonito para el espectador, con muchas ocasiones de gol y momentos de buen fútbol, ambos tuvieron sus oportunidades, algunas más claras que otras, pero el resultado final hizo justicia a lo demostrado sobre el campo. Si bien Willian José y Oyarzábal tuvieron sus ocasiones, bastante claras, mandando el balón fuera, no podemos olvidar las dos que tuvo en el tramo final Remy, más claras aún si cabe, para poder conseguir los 3 puntos, pero primero el palo y después una mano salvadora de Rulli a bocajarro lo evitaron. Al final, hay que dar por bueno el punto, que pone de nuevo los contadores de derrotas consecutivas a cero y termina con una desastrosa racha de 8 seguidas en liga.
Todos sabíamos que Pako Ayestarán tenía los días contados, no era el entrenador ideal para este proyecto, ni el que hubiera descubierto la fórmula para poder enchufar y motivar a los jugadores, por lo que era más probable pensar que el partido de Anoeta fuera simplemente un rayo de luz en el abismo, o un manantial en el oasis, más que el hallazgo de la fórmula prodigiosa que lograse cambiar definitivamente la catastrófica dinámica de juego y resultados que arrastraba el equipo.
No obstante, volvió a surgir la ilusión de que no fuera flor de un solo día, la esperanza de poder mantener esa flor viva y la difícil tarea de que reluzca y brille contra el Betis, próximo rival de LaLiga en casa, ya sin el técnico vasco.
Complicada labor, después de lo visto el miércoles contra el Deportivo en Copa (2-3). Otra derrota en casa, otro paso hacia atrás, más de lo mismo. La vuelta de los dieciseisavos de la Copa del Rey ha servido para darnos cuenta de que todavía no se ha salido del fango, que la defensa sigue haciendo aguas y que la alegría del toque se ha perdido por el camino. La sensación de inseguridad y debilidad es bastante preocupante, propia de un equipo que se va directamente al hoyo.
Tana
Después de vagar por el campo y aportar muy poco al equipo en los partidos anteriores, el domingo cumplió con creces. Parecía el de la temporada pasada. Se movió por todo el frente de ataque, según la jugada, intercambiando su posición con Vitolo y Remy. Se le pudo ver por la derecha, por la izquierda e incluso como falso nueve, con movimientos muy interesantes.
Como recompensa a su buen partido anotó un gol, el típico gol de 9 puro, de oportunista, por estar en el sitio adecuado y en el momento idóneo, sello de la vieja escuela. Además, se implicó en tareas defensivas, bajaba a ayudar a sus compañeros cuando la situación lo requería y se asociaba bien cuando tenía que hacerlo.
En resumidas cuentas, puede que Tana no haya empezado bien la temporada, pero al César lo que es del César, y contra la Real jugó un buen partido. Sin embargo, no recomendaría su fichaje en los juegos fantasy por varios motivos. En primer lugar, pienso que todavía tiene mucho que demostrar para volver a ser el de antes, no está fino y tampoco se caracteriza por tener la cabeza bien amueblada, lo cual agrava la situación. Por otro lado, la dinámica de resultados de Las Palmas no ayuda, la crisis en el juego del equipo le recorta las alas y sus actuaciones normalmente son bastante discretas, por no hablar del sinfín de escarceos extradeportivos que salen a la luz semana tras semana. Por su valor de mercado, podemos verlo como una oportunidad debido a sus características, pero a día de hoy no deja de ser una apuesta de riesgo.
La suplencia de Calleri
Otro aspecto que llamó la atención fue la suplencia de Calleri, después de ser el delantero referencia del equipo e indiscutible desde el principio de temporada. Sin embargo, no le vino mal probar las mieles de la banqueta para darse cuenta de que no puede bajar los brazos, puesto que se le necesita.
No es el mismo que deslumbró en los primeros partidos y su efectividad de cara al gol ha caído en picado, seguramente debido a la crisis de juego del grupo. En Anoeta cumplió, jugando los últimos minutos del encuentro y tomando buenas decisiones, tanto con el balón como sin él, pero tiene que aplicarse si no quiere perder su puesto como titular, ya que Remy rentabiliza mucho mejor que él los minutos que está sobre el campo.
La lesión de Vitolo aumenta de nuevo sus posibilidades de jugar, pero de momento yo no apostaría por él. Su precio es bastante alto y sus actuaciones insultantemente pobres, así que seguiría dejándole en el banquillo, siempre y cuando no tuviera otra opción, puesto que lo mejor sería venderle si existe otra opción en el mercado que sea más interesante.
Remy
El único que parece estar enchufado. Da la sensación de estar casi en forma y sus aptitudes van reluciendo cada vez más. Calidad a raudales. Se ha hecho con un puesto como titular y sigue acumulando minutos que le permiten coger ritmo, lo cual el equipo necesita como agua de mayo. Cuando está en el campo se nota, y mucho. Tiene velocidad y desborde, gracias a su gran físico, pero tendremos que rezar para que le respeten las lesiones, su gran hándicap. Aun así, yo apostaría sin duda por él, es uno de los pocos del equipo que es capaz de hacer algo diferente, de romper a la defensa o desbordar con osadía, además de gol. Este chico en forma es descomunal, la perfecta ilustración gráfica de un rayo de esperanza.