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El once babazorro pide a gritos el guante de Ibai
Ibai Gómez está viviendo un inicio de campaña diametralmente opuesto al que vivió el curso pasado. Si bien las estadísticas a nivel personal son similares, las sensaciones no pueden ser más diferentes. En lo que llevamos de campaña, el jugador vasco ha visto como su peso en el equipo ha ido disminuyendo poco a poco hasta únicamente completar 2 partidos enteros en la era Zubeldia y ninguno desde que Gianni de Biasi se hizo cargo de El Glorioso.
Curiosamente, la temporada pasada a estas alturas de campeonato, el vizcaíno acumulaba 7 encuentros, 5 partiendo de inicio, 1 partido completo y 372 minutos disputados, aunque una lesión le dejó fuera de combate durante 4 jornadas.
Durante la presente campaña ha disputado 9 encuentros, 7 como titular, solo 2 partidos completos, como mencionamos al inicio del artículo y 562 minutos disputados. Desde que el técnico italiano tomó las riendas de El Glorioso, sus apariciones han sido un tanto discontinuas: 2 titularidades, 2 encuentros inédito, su aparición desde el banquillo en Getafe con el partido resuelto y fue baja por lesión en otra ocasión.
De sobra son conocidas por todos las aptitudes de Ibai, un extremo que se desenvuelve a la perfección por ambas bandas. De hecho, jugando a pierna cambiada por la izquierda cuajó su mejor campaña como profesional. Es famoso por sus medidos centros y su exquisita pierna derecha. No es un jugador tremendamente veloz, aunque a menudo alcanza la línea de fondo. Su juego es eléctrico, explosivo, suele jugarse cada balón con desbordes, pases verticales y centros al área. También se mueve bien en espacios cortos y tiene un juego de piernas envidiable. Es un magnífico especialista a balón parado. Sus características tan explosivas le han ocasionado numerosas veces lesiones graves que han sido una constante durante toda su carrera.
Última actuación
El futbolista vasco disputó únicamente 16 minutos en el encuentro del pasado sábado en el Coliseum Alfonso Pérez. Ingresó en el verde con el encuentro ya resuelto, falto de ritmo y con los futbolistas deseando de aquello terminara. Rápidamente pudimos comprobar que se movía con libertad por todo el frente de ataque, el vizcaíno aportó velocidad y frescura al ataque alavesista, inoperante durante todo el encuentro. Apareció con paredes, desmarques y sobre todo con balones medidos al área que Santos llevaba esperando todo el encuentro. Enseguida empezó a asociarse con Burgui, Medrán y Munir entre líneas. El Glorioso por fin creaba peligro.
Christian Santos aprovechó uno de esos pases trazados con escuadra y cartabón desde el costado derecho del vizcaíno para remachar con la cabeza y poner el 4-1 en el luminoso, corría el minuto 80 y solamente era el tanto de la “honrilla”, pero nos dejaba algunas pistas sobre lo que este Alavés necesita. El futbolista vasco fue total protagonista en el tramo final del encuentro. Se adueñó de los balones parados desde cualquier zona del campo, concretó 6 balones al área, forzó 2 saques de esquina, acertó el 71.4% de sus pases y realizó su primera asistencia de la temporada con su pierna derecha.
Como se pudo observar durante el encuentro ante el Getafe, el conjunto vitoriano pide a gritos un extremo puro que abra el campo, imprima velocidad a la circulación de balón en ataque y aproveche los espacios que deja el rival. El técnico italiano continuo con el nuevo dibujo estrenado hace tan solo unas semanas (5-3-2), con 3 centrales, y 2 carrileros (Pedraza y Vigaray). Sitúo a Manu García junto con Tomás Pina en el doble pivote para fortalecer la medular prescindiendo de Wakaso, aunque de esto último se arrepentiría al descanso y lo reconocería en sala de prensa al finalizar el encuentro. Álvaro Medrán ocupó la posición de enganche y tanto Christian Santos como Munir actuaron en vanguardia. Los delanteros babazorros se encontraban aislados y solamente el hispano-marroquí participaba tímidamente cayendo a banda para crear superioridad, abriendo espacios en defensa y bajando a recibir a la medular.
En resumen, Gianni de Biasi insistió en la idea de fortalecer la parcela central con centrocampistas de contención, pero carecía perfiles con desborde, velocidad y verticalidad. Únicamente Pedraza, posiblemente el jugador babazorro más en forma de la plantilla en lo que llevamos de campeonato, desbordaba y alcanzaba línea de fondo. La producción ofensiva del conjunto vitoriano fue paupérrima durante casi todo el encuentro y la necesidad de un perfil como el de Ibai era evidente.
Posible entrada al once
Asumiendo que el extremo diestro del Alavés tuviera cabida en el once babazorro, nos encontraríamos con un importante baile de piezas y de sistema. La primera opción es sacrificar a Christian Santos y situar a Munir como única referencia ofensiva. El futbolista vasco queda situado en el extremo derecho y Pedraza adelanta su posición hasta el extremo izquierdo variando el sistema también. Perdemos capacidad anotadora ya que el venezolano atraviesa un momento dulce (acumula 2 jornadas consecutivas viendo puerta). Burgui o Katai también pueden entrar en escena en cualquiera de los costados acompañando al vizcaíno y manteniendo a Pedraza en la línea defensiva por la izquierda en este supuesto.
La segunda opción es Sacrificar a Munir, pero perdemos movilidad y capacidad asociativa. Munir realiza un gran trabajo de desgaste en los rivales, participa mucho en la construcción del juego y tiene facilidad abriendo huecos para incorporaciones de segunda línea, aunque le falta gol. En este supuesto también variamos el sistema de la misma forma que en el anterior.
La última opción es la de mantener los dos delanteros y sacrificar un mediocampista, lo que supondría modificar el sistema también a un 4-4-2 clásico con 2 puntas (Munir y Santos), 2 interiores (Ibai y Pedraza). Esta opción deja aislados a los delanteros quedando a merced únicamente de los posibles balones colgados desde ambos costados.
A todos los supuestos anteriores hay que añadirle la más que probable entrada en el once de Wakaso en la medular. El equipo lo echó de menos durante los minutos que no estuvo en el césped del Coliseum. Falta saber si Wakaso entrará por alguno de los 2 mediocentros posicionales de Gianni de Biasi, o por el contrario, lo hará en una posición más adelantada, lo que dificultaría la entrada en el once de Ibai.
Todos estos supuestos descritos traen consigo un cambio de sistema. En el caso de que Ibai Gómez partiera de inicio en el once babazorro, el sistema de juego debería variar en consecuencia. En el actual 5-3-2 se antoja imposible situar al vizcaíno en cualquiera de los 2 carrileros debido a que le faltan atributos defensivos para ocupar esa demarcación y pierde mordiente ofensivo partiendo desde una posición tan retrasada, su radio de acción no es tan amplio y necesita oler de cerca el área rival para ser efectivo. El 5-4-1 parece más adecuado a sus características, asumiendo que ocupe cualquiera de los 2 vértices de la medular, aunque sigue sin ser su posición natural.
Según lo visto durante toda su trayectoria, Ibai Gómez se mueve como pez en el agua tanto en el 4-2-3-1 como en el 4-3-3 ocupando cualquiera de los 2 extremos. El inconveniente de estas 2 últimas propuestas radica en que requieren más sacrificio defensivo, los costados están más desguarnecidos y reciben menos ayudas. Los extremos tienen que remangarse y ayudar en defensa.
El equipo se encuentra en fase de mutación y asimilación de los nuevos conceptos del técnico italiano, que está todavía buscando la mejor forma de posicionar a los futbolistas en el verde. Llegó con la temporada arrancada y cada encuentro es una búsqueda, un ensayo-error hasta dar con la tecla.
Gianni de Biasi ha utilizado 3 sistemas diferentes desde que llegó a Vitoria. Comenzó con un 4-2-3-1, virando a un 5-4-1 en copa, para instalarse en el 5-3-2 en las últimas jornadas. El italiano no se muestra reacio a los cambios de sistema y le gusta que sus equipos sean camaleónicos, se adapten al rival y a lo que el equipo necesita en cada situación.
El equipo está aturdido emocionalmente por el mal inicio de campaña y el técnico italiano quiere que el equipo gane en confianza y seguridad. Lo quiere lograr desde atrás y por eso ha colocado 5 defensas, para construir el equipo desde atrás hacia delante. Pero no todo radica en los sistemas o acumular jugadores en ciertas parcelas del terreno. En multitud de ocasiones y sin variar absolutamente nada los dibujos, la variante llega en forma de actitud y los resultados llegan. Afortunadamente para Gianni de Biasi y El Glorioso esto no ha hecho más que empezar y tienen todavía casi tres cuartos de campaña para revertir la situación.