Miércoles, 18 de octubre del 2017

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Fede Valverde, un artista desubicado

Fede Valverde es ese excelente pintor al que le piden esculpir un busto de bronce, o crear una sinfonía para un cuarteto de cuerda… y lo hace. Se trata de un artista que no se pone límites y sale airoso con su escultura o con su pieza musical, pero no pidamos que sea una obra de arte de referencia.

Fede salió del Castilla porque demostró que la segunda B se le quedaba pequeña. Su objetivo era seguir creciendo como futbolista y competir al más alto nivel posible. Poco a poco lo va consiguiendo pero para nada se está encontrando un camino despejado. En el Depor le costó un par de jornadas debutar, otros dos partidos más salir desde el banquillo y finalmente cuando ha conseguido la titularidad, está jugando fuera de su sitio natural.

Por el contrario, con su selección está completamente asentado como mediocentro. Ha demostrado una madurez inusual para la edad que marca su pasaporte y se ha convertido en un pilar fundamental en la fase de clasificación, donde han logrado plaza directa al mundial de Rusia del próximo verano.

Los últimos partidos hemos visto al joven uruguayo escorado a banda izquierda y allí su trascendencia en el juego es escasa para lo que podría ser. Cuando aparece y entra en contacto con el balón se ve a un jugador asociativo que continuamente busca el centro de la cancha. Sus intervenciones le mejoran a él y a sus compañeros, pero es verdad que en banda no ofrece profundidad, velocidad, desborde... las principales características de un hombre de banda. Hasta ahora esas facetas las ha explotado mejor Luisinho.

Otra cosa a analizar es el balance defensivo. Es un jugador con gran capacidad de trabajo y recupera muchos balones, pero en esa zona del campo todavía tiene lagunas a la hora de entenderse con su lateral y sus continuas subidas.

Es decir, que estamos viendo una versión incompleta de lo que podría ser. Las ganas de aprender, el compromiso que demuestra cada jornada, la buena voluntad que está plasmando en el terreno de juego son innegables, pero pegado a una banda no puede desarrollar todo su potencial. Puede adaptar sus condiciones a ese sitio, y quizá esa es la intención de Mel, reforzar un centro del campo donde se tenga más posesión, dejar la banda para las subidas del lateral, pero hasta ahora no se ha conseguido del todo.

Valverde interviene menos de lo deseado, cuando aparece viene al centro y se “choca” con muchos compañeros, por lo que el balón no fluye tan rápido como le gustaría al técnico. Y en banda además, nos limitamos simplemente a las subidas del lateral o a las caídas del delantero hacia ese costado. De esta forma se renuncia a lo que podría aportar un extremo nato, carencias que terminará echando de menos el equipo, por lo que jugadores como Bakkali o incluso Adrián están llamados a acabar ocupando esa posición.

A todo esto hay que añadir que el equipo no está convenciendo ni con juego ni con resultados, sigue buscando su identidad propia. Y entre tanto, el aficionado deportivista mantiene la duda: ¿por qué no dar la batuta a Valverde? Hasta ahora se ha probado mucho y no se ha dado con la tecla: Guillherme, Mosquera, Celso Borges... ¿Por qué no puede ser Fede Valverde una solución en la medular?
 
Marcos Gutiérrez