Lunes, 28 de agosto del 2017

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Mikel Oyarzabal, en busca de su mejor versión

Allá por octubre de 2015, apareció en el Estadi Ciutat de València, un joven guipuzcoano atrevido de 18 años, de cabeza asentada y pie sorprendentemente grande (47). David Moyes hizo debutar a Mikel Oyarzabal Ugarte (Eibar, 21 de abril de 1997), en un partido resuelto para los txuri-urdines por 0-4. El escocés siempre podrá estar orgulloso de aquella decisión.

Sin embargo, Moyes no iba a ser quien disfrutara de su rendimiento durante aquella campaña. Eusebio Sacristán, que lo sustituyó en el banquillo de Anoeta, iba a ser quien apostara firmemente por el guipuzcoano y le diera continuidad. 

Este joven jugador es un claro ejemplo del gran momento que atraviesa el fútbol base guipuzcoano. Llegó a la Real Sociedad de Fútbol en la categoría de cadetes, aunque ya fue tentado por el Athletic siendo todavía un niño. Durante su etapa de juveniles, tuvo un camino de ida y vuelta al Eibar en el primer año, para incorporarse a los txuri-urdines en el segundo. Tras un paso fugaz por el “Sanse”, ascendió directamente al primer equipo desde el Juvenil donostiarra. 

Mikel Oyarzabal irrumpió en el fútbol profesional en el curso 15-16. Se hizo un hueco en el once de Eusebio y aportó muchísimos recursos ofensivos al equipo. Fue cogiendo peso rápidamente y anotó su primer gol el 8 de febrero de 2016 ante el Real Club Deportivo Espanyol (aquel encuentro lo ganó la Real Sociedad por 0-5). Se asentó en el once titular y fue encadenando actuaciones destacadas hasta completar: 1499 minutos jugados, 22 encuentros disputados, 6 goles, 1 asistencia, 2 tiros al palo y 14 saques de esquina forzados. 

La temporada culminó con una importante victoria ante el Fútbol Club Barcelona (1-0), que a la postre sería el campeón de aquella liga, en la que Oyarzabal anotó el único gol del partido. Aquella campaña, La Real Sociedad acabó en una tónica ascendente, a la vez que la parroquia txuri-urdin, disfrutaba ilusionada de un “chaval” con un futuro extraordinario. La afición donostiarra había encontrado nuevo ídolo.

Mikel es uno de los jugadores con más potencial y proyección del fútbol español. Es un extremo zurdo, que se desenvuelve bien por toda la zona de ataque. Desde su aparición en el césped de Anoeta, la afición donostiarra tiene un “feeling” especial con él. Posee la virtud de moverse a las mil maravillas por zonas del campo lejos de su posición inicial. Es uno de esos jugadores, a los que llamamos “diferente”. No es el famoso extremo pegado a la línea de cal. Le gusta asociarse con paredes para desarbolar las líneas defensivas rivales y combinar entre líneas. Es un extremo moderno, con desparpajo y desborde, aunque en contadas ocasiones dribla por velocidad a su rival.
Tiene un control de balón orientado y exquisito. Conduce la pelota con la cabeza alta y es capaz de ver la mejor opción filtrando pases de gol desde cualquier zona de medio campo hacia adelante. No tiene miedo en asumir galones y demuestra personalidad. Pide el balón y no se esconde. Tiene un juego pausado, le gusta controlar el balón, detenerse y pensar. 

Tiende a meterse en la zona central. Se caracteriza por saber leer muy bien los partidos y saber lo que necesita el equipo en cada momento. Toma buenas decisiones para el equipo y eso el equipo lo nota. Asume el liderazgo en la creación, trasmite confianza con la pelota y sus compañeros le buscan. Ve puerta con mucha facilidad desde media distancia y tiene un potente disparo. Sus características también le permiten hacer labores de “10” con frecuencia. Es especialista en el último pase y también tiene gol. 

Su aparición no pasó desapercibida para Vicente del Bosque, que le hizo debutar con la selección española absoluta en mayo de 2016. Durante ese verano, hubo rumores sobre un posible traspaso al Athletic Club de Bilbao. Nada serio. También se habló, de que “los leones” estaban dispuestos a pagar los 40 millones de euros de cláusula de rescisión de su contrato. Finalmente, el jugador renovó con el equipo txuri-urdin.

Durante el curso 16-17, disputó la mayoría de minutos, lo cual, para un jugador tan joven, es imprescindible. Sus números tampoco resultan baladís: 2722 minutos jugados, 38 encuentros disputados, 2 goles, 7 asistencias, 39 saques de esquina forzados y 57 tiros (19 entre los 3 palos). Bien es cierto que si lo comparamos con la campaña 15-16, en casi la mitad de partidos disputados, tuvo números similares o sensiblemente mejores. 

Quizá, el mayor pecado del bueno del Mikel, sea mirarse en el espejo de la temporada 15-16. Las comparaciones siempre son odiosas y es muy fácil quedar en mal lugar observando el rendimiento de la campaña de su debut. El eibarrés puso el listón muy alto y todos esperaban que ese fuera su punto de partida; de ahí hacia arriba. La parroquia donostiarra esperaba más de él, en cada partido.

No hay por qué negar que durante el curso 16-17, tuvo menos influencia e incidencia en el juego del equipo y se le notaba diferente, inseguro y sin confianza. A pesar de eso, cuajó una campaña notable que culminó con la llamada de Albert Celades para el Europeo sub-21 en Polonia a final de temporada. El jugador, consciente de no estar atravesando su mejor momento, asumió que no iba a tener todo el protagonismo que pretendía. Sin embargo, tanto en el seno de la selección española de fútbol (todo hace pensar que Julen Lopetegui le tendrá en cuenta para el futuro) como en todos los estamentos del club txuri-urdin, sigue habiendo grandes expectativas puestas en el eibarrés. 

No podemos olvidar que llegó al fútbol de élite muy joven, con 18 años, que actualmente tiene 20 años y que está en fase de aprendizaje. Una excesiva presión mediática puede afectar tanto a su rendimiento como a su estado de ánimo y autoestima. Por lo tanto, hay que tener paciencia con el jugador, conscientes de que es capaz de lo mejor, pero también conscientes de que todavía no ha cumplido los 21 años.

Estoy seguro de que Mikel recuperará su mejor versión. los txuri-urdines han iniciado el curso con inercia positiva. Dos victorias, en otros tantos partidos en la Liga Santander ante el Real Club Celta de Vigo y el Villarreal Club de Fútbol, son muestra de ello. En lo individual, Oyarzabal ha comenzado anotando 1 gol en la primera jornada y cuajando una buena actuación ante el submarino amarillo en la segunda, completando los 90 minutos de juego y aportando mucho dinamismo en ataque.

Alfonso Rodríguez